15 de agosto de 2018

TIEMPO EN FAMILIA

Por María Alejandra Ferrer y María Ana Ferrer.
Directoras de Family Time.
@FamilyTimeFerrer

Siempre hemos escuchado que la familia es la base de la sociedad y es una expresión muy cierta en todos los tiempos, justo ahora que estamos viviendo pleno siglo 21 debemos reflexionar sobre las dinámicas familiares que tenemos en Venezuela y el mundo.

Las relaciones entre padres e hijos están presentes de diferentes formas dentro de la sociedad, cada ser humano si no es padre bien es hijo, con una carga del 50 % de mamá y 50 % de papá, siendo estos padres los mediadores entre el mundo de afuera y sus hijos.

Generalmente el acontecimiento de tener un hijo para la pareja es una situación que los motiva a construir un hogar y desde la gestación comienza a construirse el amor por los hijos, el cual debe tener un equilibrio, es un verdadero reto lograr hijos felices más que hijos buenos, la misma dinámica nos va llevando a hacerle la vida cómoda a otros y nos olvidamos de lo que realmente sentimos y queremos nosotros mismos.

A mi querido amigo Carlos Fraga (docente, escritor y motivador Venezolano) siempre le escuchamos decir que: “el AMOR verdadero es el que tiene atención y tiempo” elementos que son vitales en la relación entre padres e hijos, al igual que es muy importante que exista verdadera CONEXIÓN entre los integrantes de la familia, siendo los padres los responsables en codificarle todo a sus hijos, en estos tiempos es fundamental contar con familias que comienzan a conectarse, necesitamos padres e hijos que se conecten en su sentir, que hagan empatía entre ellos, donde el respeto debe estar presente en todo momento según corresponda la jerarquía de los integrantes de la familia, para esto hay que amar de verdad y es un trabajo diario.

En ocasiones como integrantes de una familia algunos pueden preguntarse ¿Realmente me siento amado?  ¿Soy un ser visible ante los ojos de mis padres? Los padres a veces creen que lo importante es dar a sus hijos cosas materiales, juguetes, videojuegos, etc., para que estén ocupados y no los molesten, para tenerlos entretenidos; muchos padres dicen estar ocupados y no están conectados con sus hijos,  para que los padres conecten con sus hijos lo pueden hacer de diferentes formas a través del silencio, con el amor, con el juego compartido entre padres e hijos desde una óptica del disfrute, donde puedan retornar a los juegos tradicionales, que demandan actividad física, compartir experiencias de la vida diaria, hacer actividades diferentes cada día; más que la cantidad de tiempo según un reloj, importa la calidad de la experiencia compartida y lo significativo de la misma. La verdadera conexión entre padres e hijos se da inclusive en la distancia, luego de un trabajo diario que valora una mirada, una sonrisa, una caricia, un abrazo, un masaje, entre tantas experiencias que serán nutritivas para esas relaciones entre padres e hijos, este es el amor que tenemos que conquistar, con un compromiso y trabajo diario para que cada integrante de la familia pueda ser feliz con el mismo y con los demás; donde en el plano afectivo pueda saber lo que siente, quiere y necesita.

Recuerden que todo lo que hagan o dejen de hacer los padres por sus hijos tendrá una consecuencia, al igual que lo que hagan o dejen de hacer sus hijos tendrá una consecuencia más que un castigo, estando en manos de los padres la primera educación que reciben estos hijos que es la que se les brinda en su hogar, donde ellos pueden tener referencia y seguir su ejemplo, con límites claros; luego esos hijos van a la escuela a recibir esa educación formal que bien conocemos todos.

La invitación queda abierta a todos esos padres que quieren practicar la nutrición afectiva con sus hijos a ponerse manos a la obra, deseando que disfruten al máximo de esta propuesta que sin duda tendrá como resultado familias amorosas y seres humanos felices que formaran parte de una sociedad menos violenta.

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