
15 de junio de 2018

¿Por qué te gusta escribir en Culturísima?
Porque el alma del ser humano busca expresarse de mil maneras. Lo que pasa, es que a veces, no encontramos cuál es la manera y de repente surge como un rayo que te ilumina y te dice lo que debes hacer. Son conexiones que van mas allá de éste presente, de ésta realidad, de ésta vida. La escritura libera, aunque te hace llorar si hablas de amor, de ausencias, de distancias mas, si hablas de promesas, de alegrías, de encuentros, la magia de un lápiz en las manos, la magia de una computadora moviendo los dedos, simplemente es mágico, y aunque algunos piensan que la magia no existe, agarra un buen libro y te darás cuenta que ahí está, en palabras escritas.
Escribir te sumerge en sueños que complacen esas fantasíaas que en el fondo, muy en el fondo, no son fantasías, porque son necesidades ocultas; ahora decide si quieres escribir para complacer a un público estéril que solo lee para pasar el tiempo esperando que su obra se convierta en una película o, si quieres escribir para ahondar en tu alma, enfrentando las realidades, lo difícil. Me gustaría agarrar un lápiz y escribir 100 veces la palabra “escribir”, y te aseguro que de cada una de ellas saldrá una lectura diferente, según la mente de quien la lea.
¿Qué quieres trasmitir a los lectores de Culturísima con tus escritos?
Que se sientan integrados, que no están solos, que no se exijan tanto, que disfruten de los buenos momentos y que ahonden en su sentimiento para poder calibrar y analizar, la calidad de un producto como Culturísima, que mas que un producto, es abarcar en su búsqueda, por ayudar en el conocimiento a los demás, ese encuentro con la luz de la sabiduría.
¿Por qué te gusta Culturísima?
¡Dime alguien que no le guste!.. Sabes, en profundidad lo que significa Culturísima es extender tu mano hacia la esencia del ser humano, en razas, religiones, culturas, y hasta en la fe; ¡abarca mucho! por lo cual se espera quizás, con un poquito de ansias y realismo mágico, lo que pueda dar.
TEATRO
Por Rosaura Gonzalo.
Artista plástico y pintora de la Virgen del Valle.
puertalcielo.com / puertaalcielo.com.ve
Me puse a mirar el cielo, y las nubes se movían de un lugar a otro, tomando forma para que el ojo humano busque encontrar en ellas, formas conocidas, e identificar, basados simplemente en un deseo de soñar, que aún en las nubes, todo lo que conocemos, está.
Hay un momento, en que por circunstancias de la vida, todos somos actores: en el trabajo, en la familia, en la vida cotidiana, escenificando personajes lejos de nuestra verdadera realidad, evadiendo y queriendo complacer esas necesidades internas que nos llevan a ocultarnos en caretas, bien sea por miedo, bien sea por alegrías o simplemente frustraciones, y así pasan los días, y lo que se crea, es realmente, una obra de teatro cotidiana.
Yo admiro mucho a los actores, porque ellos pueden liberar en las tablas, sus verdaderas inquietudes, bajo el pretexto de que es una obra, donde se mece la alegría desbordante entre la tristeza de decir lo que se siente.
Normalmente, los que componen obras de teatro, son observadores de la vida cotidiana, y muy en su fuero interno, saben que están plasmando una realidad que quizás muchos no se atreven a decir o aceptar ¿Quién tiene el derecho de juzgar, de decir?; el teatro te libera, saca de ti lo bueno y lo malo, vives tu personaje con la paciencia cruel de dejar vislumbrar ciertas necesidades que no te atreves a reconocer, por eso, un buen escritor de obras de teatro tiene que caminar en su día a día, analizando la realidad cotidiana, solo así la podrá plasmar en una buena obra.
Respeto mucho a los escritores de teatro, porque saben manejar a los actores, sacando de ellos lo que muchas veces se niegan a reconocer: sus debilidades, sus miedos, sus temores, mas también sus alegrías. No hay nada mas vacío que una obra de teatro que no llene las expectativas de un público, ansioso de ver, una realidad existente, y aunque muchos se niegan a reconocer, ausentes en sus vidas.
Por eso nos sumergimos en las obras, disfrutamos de ellas, las juzgamos, y hasta las criticamos mas, ¿seremos capaces de ponernos esa careta?, tanto de la risa como del llanto, montados en unas tablas, en un escenario frente a las personas con un director exigente que te lleva mas allá del límite y terminas extasiado, ¡te liberaste!; un buen director sabe eso de sus actores, y si tiene la consciencia de dejar su ego a un lado, podrá llegar a ser una gran obra de arte.
¡CULTURÍSIMA...
INFORMAMOS DIFERENTE!

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