
15 de octubre de 2018
ENCUENTRO CON LA FE

Por Rosaura Gonzalo.
Artista plástico y pintora de la Virgen del Valle.
puertalcielo.com / puertaalcielo.com.ve
Hablar sobre la fe, es un tema delicado, sensible y profundo; normalmente se creía que ir a un bautizo, boda y/o comunión (sobre todo nosotros, los católicos), estábamos cumpliendo con los preceptos de la fe, pero realmente estábamos muy alejados, eran solo momentos de distracción y de ocio, donde nos encontrábamos con familiares y amigos, charlábamos y contábamos cosas, y después, cada quien a su casa diciendo: que buena estuvo la reunión.
Hasta que un día, pasó algo inesperado y asombroso, un encuentro paranormal donde se unieron mis miedos, asombro e incredulidad. Y en ese momento me di cuenta que había algo más, mucho más que por alguna razón desconocida, no podíamos ni ver ni entender…
Podría decir muchas cosas ahorita, ya que el cuadro lloró siete veces antes de la tragedia de Vargas, el último, el 11 de diciembre de 1999. Mi mente analítica se debatía entre lo que pasaba y lo que veía, y fue cuando entonces, sentí la fe. Muchas cosas han pasado en estos años, muchas semillas de mostaza crecieron, se fortalecieron en diferentes partes del mundo, otras segadas por falta de luz no florecieron, y me pregunto: ¿por qué unas sí y otras no?
Durante años estuve luchando contra ese sentimiento tan difícil de entender, trataba de comportarme como cualquier persona, pero cuando estaba en la soledad de mi intimidad me di cuenta de que la fe va más allá que palabras de amor, de consuelo y hasta de rebeldía.
La fe no solo se siente, sino también se vive, y cuando te entregas descubres la insignificancia que tienen todas las cosas por las que en algún momento luchaste, queriendo agradar, sujetándote a actitudes que todos esperan de ti, mas cuando realmente la fe te alcanza, te vuelves libre, y hay una paz interior donde la luz del amor te llena.
Cuesta mucho crecer, y hoy por hoy le doy gracias a Dios de mi libertad, a pesar del sufrimiento físico que vivo, a pesar de los fracasos que pude haber tenido con las personas que yo creí, en mi ignorancia, y gracias a esa luz que es la fe, he aprendido a comprenderlas, y sobre todo a dejarlas ir. Cada quien es dueño de sus propios actos, y yo solo puedo a través de mi fe, mi entrega a Dios y a la Virgen envolverlos con mis oraciones, y que algún día descubran lo que es la libertad.


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