
15 de diciembre de 2018
EL AYER Y EL HOY DE LOS MODALES

Por Deyanira Sujú.
Lic. en educación..
Parece que el torbellino de la época moderna está arrasando con todos los convencionalismos, formalidades y modales de nuestra sociedad. La vida actual lleva un ritmo más intenso, más acelerado que el de nuestros abuelos y padres, y muchas de esas fórmulas usadas por ellos, parece que se están quedando archivadas en el closet donde el polvo y las telarañas se adueñan de ellas.
La nueva generación no conoce aquello de las cartas, el mensaje en el papelito, las normas de cortesía, el comportamiento en la sociedad. La tecnología se adueñó por completo de todo lo que nuestros abuelos vivieron, hasta la forma de bailar ahora es distinta. No creo que nosotros los padres de estos chicos, de esta nueva generación, hayamos fallado en la enseñanza de ellos, pero el sistema actual de la sociedad es un fuerte contrincante para nuestro trabajo del hogar.
Recuerdo que antes de esta era tecnológica de los celulares, cada vez que había un acontecimiento importante, un cumpleaños, una boda, un día de las madres o padres, nos esmerábamos en ir a comprar una tarjeta, o en todo caso, realizarla en casa. Cuando era para un familiar cercano, los novios escogían hasta un billete doblado para una nota de cariño, un simple papel era un instrumento de comunicación. Hay costumbres que no deberían perderse a pesar de la nueva era tecnológica, por ejemplo, el dar los “buenos días”, “buenas tardes”, ”buen apetito”, “buen provecho”; ya hasta el pedir la “bendición” a nuestros padres, abuelos y tíos, pareciera que fuera algo de otro planeta.
Nuestros jóvenes se han visto afectados por todo un cambio de valores y costumbres, incluyendo la política errónea de nuestros países, las malas palabras o palabrotas, los extranjerismos mal usados. La forma en que se refieren unos a otros denota claramente que hay una gran falla educacional en nuestros jóvenes. Lejos quedaron aquellas palabras de “señorita”, “señora”, “señor”, incluso las más recientes, quizás, para nuestra época, y me refiero a la de esta escritora, donde una amiga era llamada “chama” y un amigo “chamo”, que no faltaba el respeto de nadie, era simplemente una manera de hacer más cómplice una amistad.
Ahora se llaman unos a otros, y pidiéndoles disculpa a los lectores, eso de “marica, marico”, a cuanta persona hay en la calle. Aún creo que podemos recatar los buenos modales y valores de nuestra sociedad, es solo cuestión de compromiso, si todos los días les decimos a nuestros jóvenes, “buenos días hijo, cómo te sientes, recuerda pedir la bendición”; de tanto repetir se hará costumbre y así, poco a poco, como las hormiguitas, haremos de nuevo el camino.
Con esto no quiero decir que obviemos la tecnología, ella puede ser muy útil para nuestro propósito si cuando escribimos o hablamos por el celular, manifestamos todo lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron, sería algo como las técnicas de la nueva enseñanza en la era actual. Por ejemplo, si estamos en un grupo, nada nos cuesta dar los buenos días al iniciar el chat, o al hablar con nuestros hijos decirles, antes que nada, “Dios te bendiga”, y si son pequeños aprovechemos para comenzar de cero.
Nuestra sociedad debe rescatar lo perdido, y solo cuando iniciemos los cambios en casa podremos dar y crear una familia, para que sea parte de un país lleno de valores morales, de respeto entre unos y otros, y hasta con el medio ambiente. Me despido de ustedes con un hasta pronto, queridos lectores.
Foto: Youtube.
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